La cerámica

Las colonias púnicas heredan las técnicas y modelos ceramistas largamente experimentadas en los talleres fenicios, y en general, por la mayoría del levante oriental. Tendrá gran importancia, la cerámica de engobe rojo bruñido. Carente prácticamente de decoración, su valor estético se centró en su especial diseño. También se trabajará la cerámica de tipo blanco, pintada con decoración policromada y las rojas ornamentadas en negro.

La cerámica de Quart-Hadast, es específicamente funcional, con pocas concesiones a la decoración, generalmente a bandas. Coexisten estas piezas púnicas con ejemplares chipriotas o griegos, askos, lámparas, etc... localizados en los ajuares funerarios de los santuarios y necrópolis. La evolución de la cerámica funcional, coincide en gran parte con al experimentada seguidamente en la península ibérica desde las clásicas jarras de barniz rojo y boca trifoliada, llamadas comúnmente de boca de seta, hasta las características lucernas púnicas.

Los vasos griegos de alta calidad, aparecen en enterramientos importantes de todo el Mediterráneo. Esto influirá en los diseños de la cerámica producida a veces por artesanos griegos. Pero los alfareros carthagineses no imitarán estos bellos modelos, como hicieron otros pueblos comerciantes, como los etruscos, sino que hicieron una cerámica bella, cuidadosamente decorada con diseños lineales y fito/zoomorfos.