LA INDUSTRIA MINERO-METALÚRGICA

La gran importancia de la minería en esta zona, justifica en parte el móvil económico del rápido contraataque romano por el Noroeste ibérico para la conquista de Quart-Hadast. Considera Estrabón, que las minas ibéricas eran más rentables que las de la Ática, asegurando que en las de la plata se ganó en un día un talento euboico (26 Kg).

La aportación carthaginesa de nuevas técnicas mineras mejoró sensiblemente las empleadas por el antiguo laboreo local, permitiendo una mejor explotación y rentabilidad de estas riquezas naturales.

La alta rentabilidad de las minas argentíferas de Quart-Hadast, está acreditada por el valioso stock que encontraron los romanos en los almacenes de la plaza conquistada: lingotes de plata y moneda acuñada por valor de 18.300 libras.

Los grandes movimientos de tierras practicados a lo largo de una continuada explotación de la Sierra Minera de Cartagena, constituida por los actuales distritos de La Unión, Mazarrón y el suyo propio, han hecho desaparecer prácticamente los testimonios arqueológicos de las actividades mineras carthaginesas, tales como pozos, galerías, elemento de extracción de minerales o desagües. Asimismo de herramientas, hornos de fusión y crisoles, limitándose los hallazgos a utensilios de antiguos poblados mineros.

No obstante, han llegado hasta nuestros días elementos de esta época como poleas, escalas, esportones, herramientas, lucernas, etc... muchos de los cuales proceden de prototipos semíticos o sufrieron escasa modificación con posterioridad.

Lo que sí se sabe, es que los mineros de esta época, construían pozos de gran profundidad y anchura, y las faenas de desagüe se hacían en las grandes explotaciones utilizando el caracol egipcio.

A la izquierda el Pentapaston, usado para extraer el material de las minas. En el centro el "Tornillo de Arquímides", empleado para el desagüe de los pozos. A la derecha una "Rueda hidráhulica"


LA INDUSTRIA DEL ESPARTO

Los carthagineses encontraron en Iberia un gran centro de abastecimiento de esta hierba perenne, Stipa tenacissima, que tuvo importantísimos usos en la Antigüedad. Se trata de una hierba que crece espontáneamente y que no se puede sembrar, una especie de junco propia de terrenos áridos. En África, se produce un esparto pequeño y sin utilidad. Pero en la Hispania Citerior se encuentra en la zona Carthaginense, y no en toda, sino sólo en la zona de montaña.

Quart-Hadast, fue el centro de mayor producción y comercialización de manufacturas de esparto, recolectando grandes cantidades de esta especie esteparia que crecía en las proximidades y cuyo nombre llegó a integrarse a su topónimo durante un largo período de su historia. Este extenso espartizal recibió el nombre de Campus Spartarius. Serán las manufacturas de esparto, uno de los más importantes contingentes de las exportaciones del puerto de Cartagena.

El uso del esparto para jarcias y aparejos está documentado en el siglo III a. C. en el equipamiento de la flota de Hierron II. Restos de indumentaria, túnicas, collares, gorros, calzados y cestos de fino tejido tintados con colores prácticamente inalterables han sido hallados en yacimientos eneolíticos. Puede asegurarse que grandes cantidades de esparto del Levante y Sureste peninsular se exportaba ya por lo menos en el siglo V a. C. por comerciantes fenicios, y posteriormente por conducto púnico.

El contacto con el mar, generalmente en balsas proyectada para este tratamiento, fortalecía sensiblemente la fibra, aumentando el número de aplicaciones. Esta favorable facultad que le proporcionaba el agua salada le hacía muy útil para la confección de redes de pesca, cabos, jarcias... la instalación de gran número de almadrabas en esta zona aumentó el consumo de esparto.

Los Espartizales de Cartagena


Envíanos un mail
Asoc. Cultural Mastienos, Cartagena. 1999-2002