Joyería y objetos de adorno personal
El desarrollo de la joyería representa una de las manifestaciones más sobresalientes de la artesanía fenicio-púnica en la que se funde (aunque sus raíces están ligadas a una rica tradición artística anterior), corrientes egipcias, micénicas e influencias de la región sirio-palestina.
Una de las características de la evolución de la orfebrería, es el acentuado conservadurismo, sobre todo en cuanto a motivos ornamentales y formas, que son, generalmente, una prolongación en el tiempo y una proyección hacia Occidente de las manifestaciones de la artesanía fenicia. A partir del siglo V a. C. se empieza a ver la influencia de elementos decorativos puramente griegos hasta imponerse definitivamente una corriente helenística que domina la orfebrería púnica de los siglos IV-III a. C.
Uno de los
rasgos más significativos de la producción durante esta etapa
es la ampliación del marco social que accede al uso del oro, aspecto
bien reflejado por los ajuares de las necrópolis. De esta forma, la creciente
demanda da origen a que las joyas, en muchas ocasiones empiecen a perder calidad
por una estandarización tipológica progresiva y una fabricación
industrializada, de la misma manera que las joyas se hacen más ligeras,
apreciándose una pérdida de su peso en oro, al empezar a utilizarse
láminas muy delgadas y un oro menos puro. La técnica se hace menos
depurada, y aparecen como técnicas novedosas el chapado en oro, piezas
que se fabricaban con un núcleo o alma de otro metal, plata o bronce,
y más raramente la aplicación del pan de oro.
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